En el libro "Repensar la pobreza" de Abhijit V. Banerjee y Esther Duflo reflexionamos sobre diversas trampas de la pobreza ejemplificados en situaciones y personas reales, además de buscar una solución mediante experimentos sociales para cesar dichas trampas.
Las familias en desarrollo prefieren niños (varones), por lo tanto, las niñas siempre crecerán en familias numerosas ya que la familia seguirá aumentando hasta tener el número de varones deseados. Es decir, las niñas serán normalmente un nacimiento no deseado puesto que la familia aspiraba a tener varones.
Esto quiere decir, que normalmente las niñas tendrán más enfermedades y por consecuente un alta mortalidad respecto a los niños; debido a que las familias centraran todas sus fuerzas y recursos en alimentar, cuidar y ayudar al varón: hijo óptimo o centraran todo su esfuerzo en mantener a la madre para que siga quedándose embaraza de nuevo. Por ejemplo, después del nacimiento de una niña y sobre todo si la familia no tiene varones, los padres son más propensos a interrumpir antes la lactancia materna para aumentar la probabilidad de que la mujer se quede embarazada. En India las niñas dejan de tomar leche materna antes que los niños, provocando la obligación de tener que beber agua a su temprana edad y durante más tiempo que los niños, expuestas a un mayor porcentaje que los niños a enfermedades mortales como la diarrea.
Según un artículo del New York Review of Books se calculó que el número de mujeres que faltan en el mundo ascendía a más de 100 millones. Sin contar con la opción de la interrupción del embarazo que ha empeorado más las cosas.
Incluso si se toman las cifras oficiales, a pesar de que infravaloren dicho suceso, el número de interrupciones voluntarias del embarazo es especialmente elevado en familias con dos hijas, ya que el 6,6 por ciento de los embarazos terminaron con una interrupción voluntaria y el 7,2 por ciento acabaron en un aborto "espontáneo".
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